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Nueva Constitución en Chile: los sondeos muestran un alza sostenida del rechazo

Según varias encuestas la Convención Constitucional no refleja lo que quieren los chilenos en una nueva Constitución.

El 25 de octubre de 2020, el 78,28% de los chilenos aprobó la idea de escribir una nueva Constitución, en reemplazo a la impuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet, y un 79% decidió que el proceso se realizara mediante una convención constituyente. 

Más tarde, tras la elección de los convencionales, quedó claro el camino: la mayoría de los escogidos para redactar la nueva Carta Magna pertenecían a la izquierda. Es más, la derecha ni siquiera obtuvo un tercio de los escaños, lo que hizo imposible que vetara algunos temas. 

Casi dos años después, el ánimo general en Chile cambió. Tres encuestas distintas dejaron muy en claro eso.

Según el sondeo de Cadem, del 2 de mayo, el 46% de la ciudadanía se inclinó por el rechazo, contra un 36% que lo hizo por el apruebo. 

Otro estudio de Data Influye, del 4 de mayo, reflejó el siguiente resultado: 46% por el Sí y 37% por el No.

Mientras que la encuesta de Criteria, del 5 de mayo, entregó otras cifras: 39% rechazó la nueva Carta Magna, frente a un 31% que la aprobó.

Un referéndum, que se llevará a cabo el 4 de septiembre de 2022, definirá si se aprueba o no.

Gaspar Domínguez, vicepresidente de la Convención, aseguró que la tendencia al alza del rechazo «se va a revertir en las próximas semanas». 

¿Qué es la Convención Constitucional?​ 

La CC es el órgano constituyente de Chile encargado de redactar una nueva Constitución Política de la República luego del plebiscito nacional realizado en octubre de 2020, y cuya propuesta será aprobada o rechazada mediante un referéndum el 4 de septiembre de 2022.

Su creación y regulación fueron efectuadas a través de la Ley N.º 21 200, publicada el 24 de diciembre de 2019, que reformó la Constitución Política de la República para incluir el proceso de redacción de una nueva Carta Magna.

Comenzó su funcionamiento el 4 de julio de 2021 y opera por nueve meses con una única prórroga de tres meses, la cual fue activada de manera formal por el organismo el 22 de marzo de 2022, llegando a una duración final de un año.

La Convención tiene todavía sesiones por delante, tras la de este viernes 6 de mayo, en la que se votaron aspectos del sistema político. 

La semana pasada se terminaron las comisiones temáticas, el pleno revisó las normas permanentes y ayer se constituyó la comisión transitoria. 

El 16 de mayo la mesa entregará el borrador y el 17 la comisión de armonización, compuesta por 40 constituyentes, comenzará a redactar el texto final, que debe ser aprobado por el pleno y entregado al país el 4 de julio. 

El 4 de septiembre será el plebiscito de salida, en el que el voto será obligatorio. Es probable que, en el actual escenario, la campaña para llamar a votar por una u otra opción adquiera características inéditas. 

Errores que cuestan caro 

«Hay demasiados detalles que facilitan que las personas elijan uno que no les guste y decidan rechazar. Por ejemplo, quienes querían Senado es posible que voten rechazo ahora que el Senado fue eliminado del borrador. En realidad, quienes decidieron votar rechazo difícilmente van a ser convencidas de hacer lo contrario», señaló Kenneth Bunker, director ejecutivo de tresquintos.cl y analista político, según la agencia alemana DW.

Mario Álvarez, doctor en Comunicación Política de la Universidad de Leeds y académico de la Universidad de la Frontera, agregó que la Convención está «muy desprestigiada por errores internos, que pueden ser bien aprovechados por la campaña del rechazo».  

Entre esos errores, tanto Bunker como Álvarez mencionaron los casos de Rodrigo Rojas Vade, un constituyente que hizo campaña simulando ser enfermo de cáncer, y que renunció a su escaño una vez que fue descubierto; y el reciente de un convencional que pidió votar desde su casa, hablando por teléfono mientras se duchaba; y también están los constituyentes que se disfrazan, o el sahumerio que hizo una convencional. 

«Probablemente la gente está de acuerdo con tener una constitución nueva, quizás incluso podría estar de acuerdo con los argumentos centrales del borrador que se está escribiendo, pero la asamblea constituyente tiene muy muy mala fama, por errores propios. Hay mucho desprestigio y eso genera desencanto y desilusión», estimó Álvarez. 

«Las encuestas son consistentes en mostrar que aumenta el rechazo. Hay un factor, anecdótico si se quiere, que son estos errores que han significado un shock para los chilenos, que ven cómo estos independientes conducen la convención», explicó Bunker.

«Al final, los constituyentes se equipararon con los políticos, y ahora la gente los ve a ellos también como políticos, con todo el rechazo que ello implica. Y si preguntas a la ciudadanía si quiere eliminar el Senado, dice que sí. Si quiere eliminar la Cámara de Diputados, dice que sí. Y si les preguntaras si quieren eliminar la Convención, también dirán que sí», sentenció.